La palabra placer tiene una curiosa historia. Más allá del sentido que le damos regularmente hay otro que nos resulta oculto, pero revelador. Paradoja del placer más allá de ese sentido de gozo o disfrute con el que estamos familiarizados. La historia del placer es una con aroma a mar y tonos dorados.
EL ORO OCULTO EN EL BANCO DE ARENA
Para descubrir el secreto del placer tenemos que remontarnos a una antigua palabra catalana: placel. Es de aquí de donde surge un tercer sentido de la palabra placer que el diccionario todavía recoge. Las aguas de las costas catalanas bañan el placer para destilar de él los siguientes sentidos:
- Banco de arena o piedra en el fondo del mar, llano y de bastante extensión.
- Arenal donde la corriente de las aguas depositó partículas de oro.

Para quien sabe de navegación este sentido de la palabra le pone en alerta. El banco de arena o piedra no es visible sino hasta que la embarcación ha dado con él. El placer es siempre la posibilidad de encallar. Es una abrupta invitación a detenerse. Algo que, como veremos, no está lejos de la experiencia más allá de los mares.
Pero a este sentido le acompaña otro que es un áureo regalo: el arenal esconde en sus entrañas partículas de oro. Se necesita de un ojo agudo y paciencia para separar la tierra del metal precioso. Mientras tanto, la piel puede darse un baño de oro y arena para despertar sus sentidos, para sentirse como una reina del desierto que sabe bien tanto del color de la arena y del roce del oro.
EL PLACER Y EL RITUAL DE LA DEMORA
En ALQVIMIA sabemos de la importancia de la demora. Un auténtico ritual no va a una velocidad de vértigo. Toma su tiempo y requiere cuidado. El arenal bañado en partículas de oro por las corrientes marítimas es una imagen perfecta para ello. Hay que tomarse su tiempo para separar el oro. El tamiz de nuestras manos no será suficiente. La tarea requiere de un poco de sabiduría alquímica.
Seguir el ritual hace que la belleza se convierta en luz. Imagina que tu piel es ese arenal que resuena en la palabra placer. Dedícale el tiempo y el cuidado necesario para recorrerlo, para mimarlo, para despertar su verdadera esencia. Sigue el camino hasta dejar al descubierto la veta aurea escondida. Descúbrete a ti misma en el proceso, empodérate liberando tu luz propia.
EL ORGASMO Y LA NAVE QUE ENCALLA
Más de 10 años de investigación nos han traído hasta aquí. Conocemos la importancia de la demora y el cuidado para navegar en las aguas de la sensualidad y la sexualidad femenina. No hay empoderamiento sin el reconocimiento del lugar propio de cada cosa. No hay empoderamiento posible sin esa experiencia de autoconocimiento que da al placer su justo y merecido lugar.
Sabemos que parte del cuidado nos lleva al descubrimiento de esa explosión de sensaciones al que llamamos orgasmo. Es el momento en el que la nave encalla, en el que es necesario parar, detenerse pero para disfrutar y reconocer la maravilla de la sensibilidad. Sí, es este el sentido positivo y constructivo de la pausa. Es un instante en el que el tiempo no sabe nada de brújulas. Nos comprometemos con potenciar una experiencia natural que reclama su justo lugar.
Muy pronto te sorprenderemos con un nuevo integrante de nuestra línea de productos dedicados a la sexualidad femenina. Un secreto alquímico más que promete ser tu aliado en ese ritual de demora y cuidado que te mereces. Estamos preparando la llave para que liberes tu propia esencia. Hablaremos entonces del placer y de lo ligado que está a la sensualidad femenina.