¿Has oído alguna vez decir que una piel hidratada es una piel sana? Te explicamos porqué es cierto.
Casi el 100% de nuestro cuerpo es agua y el 20% está en la piel. Es la razón por la cual es tan importante el aporte de hidratación y evitar la pérdida del agua para la salud de nuestra dermis. La función básica de la piel es proteger nuestro cuerpo de agresiones externas y está formada por tres capas distintas. La epidermis (parte más superficial y que mantiene la hidratación nos protege del exterior), la dermis (capa intermedia) es la encargada de aportar flexibilidad y elasticidad a la piel y, la hipodermis (capa más profunda que contiene células grasas que nos aíslan del exterior).
La capacidad de retener agua en la piel viene dada por la cantidad y calidad de los lípidos que la forman. Si éstos se mantienen adecuadamente, conservarán la capacidad de captar y retener más moléculas de agua y favorecer así a la hidratación.
Otro factor importante de hidratación es el NMF (Factor de hidratación natural), una barrera natural de la piel formada por agua, electrolitos, urea, etc, que regula el pH del cuerpo. Si su equilibrio no es correcto, existirá mayor pérdida de agua. (Fuente: Revista Mi herbolario. Nº: Septiembre 2011.)
Por todo esto, el empleo de aceites vegetales de primera presión, los cuales contienen una fuente de ácidos grasos esenciales, estimulan y fortalecen las membranas celulares del tejido cutáneo.
Además, el uso de extractos vegetales también confieren, en general, un aporte de cierto pH ácido a las formulaciones de las que forman parte, razón por la cual protegen la capa protectora o barrera natural de la piel (NMF) y evitan así la pérdida de agua.
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