Se trata de una hierba aromática originaria de Europa y Norte de Asia, vivaz y de uno a dos palmos de altura. La tradición explica que calma y regula todo tipo de dolencias.
Proporciona calma y paz interior. Emocionalmente, también ayuda a identificar la verdad con integridad y valentía.
Entre sus propiedades y beneficios destacan:
A Nivel Cosmético: el Aceite Esencial de Manzanilla tiene propiedades regeneradoras, tónicas, descongestionantes y calmantes, por lo que se puede utilizar en pieles sensibles para calmarlas pero es preferible que esté diluido y en sinergia con otros aceites esenciales.
A Nivel Terapéutico: potente mejorador de las inflamaciones, analgésico, antiespasmódico, sedante, bactericida, carminativo, cicatrizante, digestivo, emenagogo y febrífugo. Calmante de dolor, especialmente usado en el sistema locomotor y afecciones relacionadas con la garganta.
A Nivel Emocional: el Aceite Esencial de Manzanilla es un equilibrador del 5º chakra, calmante y mejorador de la comunicación e interpretación de emociones. Canaliza la expresividad y da orden a las ideas a través de los sonidos; trabaja con las personas arrítmicas.
Es uno de los 12 aceites esenciales básicos. El gran calmante de la piel, indicado para todo tipo de afecciones cutáneas. Contribuye a disminuir la sensación de inflamación a la vez que reduce la percepción del dolor. Actúa también como un equilibrador de la polaridad energética de la zona del estómago cuando existe un exceso de yang.