La Mirra es una sustancia conocida desde la antigüedad por ser uno de los ingredientes que se utilizaban en las ceremonias religiosas del antiguo Egipto. También era uno de los componentes del famoso perfume egipcio kyphi y se utilizaba además en los procesos de embalsamamiento.
Ya desde aquella época eran conocidas sus propiedades antioxidantes, por ello las mujeres egipcias la utilizaban habitualmente en sus preparados cosméticos. Sus propiedades refrescantes sobre la piel también la hacen muy adecuada para su utilización en climas secos y calurosos. En la tradición judía, la mirra está presente como uno de los tres regalos de los Reyes Magos en el nacimiento de Cristo.
Entre sus propiedades y beneficios destacan:
A Nivel Cosmético: el Aceite Esencial de Mirra tiene propiedades astringentes y es un buen regenerador cutáneo por su acción cicatrizante y de regeneración. Es un preventivo del envejecimiento de la piel y tiene actividad antiarrugas, contribuye a una buena conservación de los tejidos.
A Nivel Terapéutico: es un aceite esencial con propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. También es un buen aceite anticatarral, sedante, carminativo y emenagogo.
A Nivel Emocional:el Aceite Esencial de Mirra trabaja y eleva el nivel de consciencia aportando el deseado equilibrio espiritual. Crea una atmosfera agradable y cálida trabajando la seguridad y el rejuvenecimiento del alma.
Uno de los aceites esenciales indispensables para utilizar en los tratamientos faciales y corporales anti-edad para pieles maduras, desnutridas y envejecidas debido a su elevado poder anti-arrugas. Junto con el cedro, el incienso y el sándalo, es adecuado para la meditación pues eleva y purifica la mente.