El mandarino es un árbol que pertenece al género botánico Citrus, en la família de las Rutáceas, con más de 1.600 especies de características similares al naranjo, aunque más y de forma esferoide.
Del fruto del mandarino llamado hesperidio, se obtienen un grupo de variedades de mandarinas. Su pulpa está formada por un considerable número de gajos llenos de jugo; el cual contiene gran cantidad de vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.
Su esencia se extrae de la cáscara del fruto y esa esencia de mandarina es la gran aliada del sistema nervioso. También se la considera la esencia de los niños, por lo que es útil para todos aquellos niños muy nerviosos y agitados que duermen mal. Su aroma satisface a los pequeños y mayores. Favorece ambientes distendidos y amables.
Entre sus propiedades y beneficios destacan:
A Nivel Cosmético:el Aceite Esencial de Mandarina tiene un efecto tónico y regenerador de la piel. Se puede utilizar también en tratamientos detox por sus propiedades detoxificantes y para el cuidado de la silueta por su propiedad reductora.
A Nivel Terapéutico: antiespasmódico, carminativo, depurativo, digestivo, diurético y sedante; contribuye a la eliminación de líquidos.
A Nivel Emocional: el Aceite Esencial de Mandarina es refrescante, aporta optimismo y alegría. Su uso es recomendable en niños en procesos de tristeza, cambios o adolescencia.
Es uno de los aceites esenciales que deberían formar parte de una fórmula reequilibrante para pieles grasas.Y básico para potenciar el optimismo y la alegría del niño que todos llevamos dentro.